viernes, 14 de mayo de 2010

Homenaje a Al Hirschfeld













Xiomara Rodriguez es la esposa del Delga, aqui la vemos junto a la autocaricatura de Hirschfeld por ella emparchada

A Xiomi el bichito de la caricatura la picó
unos meses antes que naciera nuestro
primer hijo, hace más de 30 años, cuando
bordó en pañales un apenas conocido
Elpidio Valdés y un Plin, por ese entonces
sólo un travieso y común gato verde, sin
capa y sin espada, que sus creadores Juan
Padrón y Jorge Oliver dibujaron
especialmente para esa canastilla.

También ha emparchado dibujos de Tomy, Raval,
Lacoste, José Luis y míos.

Esta es su segunda exposición personal.
Para la primera, a decir de Iscajim, utilizó
toda mi ropa. Para esta tuvo que echarle
mano a la de ella, pero su obra no se
detendrá aquí por falta de tela, después hará
otras muestras con la ropa de hijos y nietos.
Nadie imagina lo difícil que es buscar en
miles de pedazos de tela el ideal por su color,
textura y tamaño, que junto con otros
minuciosamente seleccionados, irán conformando la obra.

Muchas veces el estampado ideal no se tiene ni en la
recortería ni en el ropero; es entonces el
momento de buscar variantes para que la
obra no se detenga.

Lo que Al Hirschfeld realizó con pluma y
pincel, Xiomara lo hizo con tijera y aguja.

Al Hirschfeld






Algunas de las películas que se estrenaban
en Cuba en los años '50 traían dibujos de Al
Hirschfeld para su promoción en la prensa
gráfica. En ocasiones, se trataba incluso de
originales y no de reproducciones.

Este artista norteamericano, nacido el 21 de junio
de 1903, estuvo dibujando hasta el mismo
día de su muerte, el 20 de enero del 2003,
cuando le faltaban cinco meses para cumplir
un siglo de vida.

El mundialmente conocido caricaturista
publicó durante 75 años en la página
cultural del New York Times. Lo hizo desde
1927; y sus obras hoy forman parte del
patrimonio de importantes museos de los
Estados Unidos.

No hace mucho vimos dibujos de este artista
en la película Fantasía 2000, salida de los
Estudios Disney, donde se le animaron sus caricaturas
para la pieza musical Rapsodia en azul, de George
Gershwin. Un director de estos estudios
reconoció que al diseñar al genio de la
lámpara para el filme Aladino (Aladdin,
1992), se inspiró en la suave y rítmica línea
de su dibujo.

Albert Hirschfeld fue un hombre lleno
de curiosidades. La silla en donde se sentaba
para dibujar, era un sillón de barbería.
Nunca firmó un contrato con el New York
Times. Desde 1945, ocultaba el nombre de
su hija Nina en los dibujos que publicaba; y
para cientos de lectores se convirtió en un
entretenimiento buscar y encontrar ese
nombre tantas veces como estuviera
escondido. De hecho, por reclamo del
público, tuvo que poner en cada dibujo el
número que indicara la cantidad de veces
que había sido oculto. Cuando se utilizaron
sus caricaturas para una emisión de sellos de
correos se autorizó, de manera especial, que
apareciese el nombre de la hija; ya que una
legislación del correo norteamericano
prohíbe esconder mensajes en estampillas.

Sus dibujos han aparecido en numerosas
publ i c a c ione s pe r iódi c a s, l ibros,
documentales y filmes de dibujos animados.

Además, diversos volúmenes recogen
compilaciones de su obra. Los originales de
Hirschfeld sobrepasan los 7 mil; y él,
lamentablemente, no llegó a enterarse que,
desde el 21 de junio del 2003, un teatro de
Broadway lleva su nombre.